Crítica de «A Real Pain» de Jesse Eisenberg: la película por la que Kieran Culkin consiguió el Oscar a Mejor Actor de Reparto

Crítica de A Real Pain

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Jesse Eisenberg es uno de los actores que más he admirado. La primera vez que supe de él fue en una entrevista que concedió a, creo recordar, El País Semanal.

La conversación con el actor neoyorquino venía a colación del estreno de Bienvenidos a Zombieland y me llamó mucho la atención el sentido del humor, muy personal, con el que abordaba las respuestas del periodista.

Tras la entrevista fue a ver la película y, de hecho, me encantó. En todo caso, su gran consagración vino con su papel de Mark Zuckerberg en La red social de David Fincher, en el que por cierto estuvo nominado al Oscar por su vivaz interpretación.

El resto de trabajos, entre ellos podemos destacar sus trabajos en las películas de Woody Allen Café Society y A roma con amor, además de otras cintas como El amor es más fuerte que las bombas y la inolvidable Adventureland de Gregg Mottola.

Pero además de su trabajo como actor (y director), Eisenberg ha destacado como dramaturgo en obras como Asunción o The Revisionist; ésta última, de hecho, guarda una ligera relación con su nueva película, A Real Pain, su segunda película.

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Ahora bien, mientras en la obra de teatro conocemos a un escritor bloqueado que va a visitar Polonia sobre para visitar a su prima segunda, una sobreviviente del Holocausto de 75 años, en A Real Pain encontramos a dos primos estadounidenses que emprenden un viaje a Polonia para participar en un tour sobre el Holocausto y aprovechar para conocer dónde vivió su abuela, que sobrevivió a la barbarie, y que ha fallecido recientemente.

En esta película destaca sobre todo Kieran Culkin, que aunque es evidente que tiene un personaje muy goloso, que llama la atención, lo cierto es que el también hermano de Macaulay Culkin ha sabido aprovechar muy bien la oportunidad y darle una verdadera entidad al personaje.

Por este trabajo, el intérprete estadounidense ha conseguido su primer Oscar en la categoría de Mejor Actor de Reparto, en la que también competía con otros actores tan relevantes como Yura Borisov, por «Anora»; Edward Norton por «Un completo desconocido»; Guy Pearce, por «The Brutalist»; y Jeremy Strong, por «The apprentice».

Eisenberg construye un relato que no solo está muy bien armado en lo superficial sino que, además, ha sabido muy bien cuidar los pequeños detalles: nada está al azar y eso lo aprovecha muy bien para que haya elementos recurrentes a lo largo de la cinta, como el tema de los pies, o la tradición judía de colocar piedras.

El humor de Eisenberg es fino, pero muy efectivo. Los diálogos están construidos con gusto y no hay ningún momento en la trama que falle. Se agradece, además, que la película dure 90 minutos, que yo creo que es la duración ideal de las películas.

En definitiva, una película que se deja ver, es auténtica, y disfrutable que deja poso más allá de la proyección.


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