
Lectura recomendada
Cuando estaba viendo «Pequeñas mentiras indiscretas», la divertidísima película dirigida por Thea Sharrock, no pude evitar acordarme de las vecinas de Valencia; esto es, aquellas mujeres del programa «Callejeros» que se hicieron virales por el lío que había entre ellas, y que acabó en los tribunales.
El conflicto que se produce en el programa de la cadena Cuatro y esta película franco-británica es distinto, pero hay un elemento que ambos tienen en común: la comedia. Y es que en ambos casos el conflicto que cuentan perfectamente podría haberse contado de forma dramática, pero en su lugar, en ambos casos sus creadores han optado por la risa.
La historia que hay detrás de «Pequeñas cartas indiscretas»
Olivia Colman es una solterona y religiosa mujer llamada Edith Swan, que aún sigue viviendo con sus padres. Lleva recibiendo un tiempo indeterminado una serie de cartas con contenido obsceno, y tienen una sospecha de que la responsable de todo esto es Rose Gooding, su vecina, interpretada por Jessie Buclkey.
Por eso, acaban denunciandola a la policía y la meten en la cárcel sin pruebas a la espera de juicio. Por suerte, unas amigas de ellas acaban pagando la fianza para que no tenga que estar entre rejas hasta el juicio. Además, la joven agente de policía femenina, Gladys Moss (interpretada por Anjana Vasan), decide ayudar a demostrar su libertad.
Todo ello frente a un increíble plantel de secundarios entre los que destacamos a Timothy Spall, Gemma Jones, Joanna Scanlan, Eileen Atkins, Lolly Adefope, Malachi Kirby y Hugh Skinner, entre otros, que hacen que «Pequeñas cartas indiscretas» sea aún mejor.
Definitivamente, cuenta con un gran guion
Creo que una de las formas de saber si un guion es realmente divertido o no es que produzca la risa sobre todo por las situaciones y de las interpretaciones de los actores y actrices, y no solamente por lo que dicen en los ingeniosos diálogos.
Creo que en este sentido el guion de «Pequeñas cartas indiscretas» juega mucho con eso, y, además, con la complicidad del espectador, sobre todo cuando se expresan ciertos pensamientos respecto a la situación de la mujer en la sociedad, que a día de hoy son impensables pero en aquella época era la tónica diaria.
Por poner un ejemplo, cuando Gladys corrige a Rose diciendo que es una «agente de policía femenina» ya que esta última solo había dicho agente de policía a secas. Es entonces cuando Rose contesta: «Jesús, ya se ve que eres una mujer».
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